El Brexit parece ponerlo todo patas arriba y los agoreros se frotan las manos, anunciando para el Viejo Continente un negro futuro, lleno de nubarrones. Sin embargo, el proceso de negociación abierto con el Reino Unido tras su solicitud de desistimiento unilateral evidencia la fortaleza de la Unión Europea; a pesar de enfrentarse a uno de los Estados miembros con mayor peso especifico, las instituciones comunitarias han mostrado una envidiable solidez en sus negociaciones con el socio claudicante.
Si ello es así es porque el sistema institucional de la Unión Europea cuenta con un sustrato jurídico en muy buena medida construido pretorianamente, a golpe de sentencias, como resultado del dialogo jurisdiccional entablado por los jueces nacionales con el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Ver el artículo completo en: Gaceta Cultural (Ateneo de Valladolid), Enero 2020.