En 2024 se produjo un significativo progreso en el marco regulatorio de finanzas sostenibles de la UE con motivo de la adopción e implementación de normativa clave para integrar la sostenibilidad en las prácticas financieras, mejorar la transparencia y combatir el blanqueo ecológico (greenwashing).
El año 2025 será crucial para realizar una primera evaluación del impacto práctico de la citada normativa. Habrá que seguir de cerca la aplicación de estas medidas para valorar su influencia en las estrategias empresariales, el cumplimiento normativo y la dinámica general del mercado.
Uno de los principales desafíos que afrontan Europa e Iberia es conseguir un equilibrio entre los requisitos regulatorios destinados a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y el fomento de un entorno competitivo, especialmente para las PYMES.
En cualquier caso, las empresas no deberían percibir la normativa de sostenibilidad solo como una carga o un trámite burocrático. También deberían considerarla como una oportunidad para revisar y replantear sus modelos de negocio, aprovechando la normativa para impulsar un crecimiento sostenible.