Discapacidad y Derechos Humanos: camino y retos hacia una sociedad más inclusiva

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmada en Nueva York el 13 de diciembre de 2007, ratificada por España y publicada en el BOE el 21 de abril de 20087, se puede definir -como hizo, con acierto, Pérez Bueno-, como el "gran hecho internacional sobre la discapacidad, el elemento de más valor que ha producido la comunidad mundial en relación con este grupo humano". En su Preámbulo, la Convención destaca "la importancia que para las personas con discapacidad reviste su autonomía e independencia individual, incluida la libertad de tomar sus propias decisiones". Autonomía, libertad e independencia, conceptos que, según la Convención, deben hacerse "visibles" en una realidad -la de las personas con discapacidad- en muchas ocasiones "invisible". 

A este respecto, debe tenerse en consideración que dentro del concepto de "personas con discapacidad" se incluyen todas aquellas que sufren deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo, y que ven disminuida su participación e integración en la sociedad en condiciones de igualdad al encontrarse con barreras externas que lo impiden.  De conformidad con lo expresado en el artículo 1 de la Convención, su objetivo es promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con discapacidad; y, además, promover el respeto de su dignidad inherente. De este modo, la Convención proclama la universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con discapacidad.

Ver el capítulo completo en: Sociedad y discapacidad en un entorno virtual. Lefebvre, 2025.